viernes, 11 de agosto de 2017

Athaea rosea, Malvarrosa o Malva real


Planta perenne o bienal con tallo erguido y velloso.
Hojas de cinco o siete lóbulos, largamente pecioladas, vellosas, con base acorazonada y nervios muy patentes.
Las flores de color púrpura negruzco se agrupan en racimos terminales poco densos o incluso aparecen más abajo, aisladas en las axilas de las hojas.





Existen variedades cultivadas que presentan claras diferencias tanto en la forma como en el colorido de las flores, que pueden ser rojas, blancas, amarillas o distintos tonos rosáceos.

La malva real es originaria de la Península Balcánica, quizá también de Creta y el sur de la India.
Hoy en día se cultiva en los jardines de toda Europa de forma ornamental por su colorido y belleza.



El período de floración va desde el final del verano hasta bien entrado el otoño. 
Cuando se recolecta con fines medicinales se deben recoger las flores totalmente abiertas, es decir, que tengan cáliz, y se las seca rápidamente a temperatura moderada para evitar que pierdan las propiedades.

Los principios activos que contienen son los mucílagos, que están presentes en gran cantidad. Existen asimismo minerales, colorantes de antocianinas, taninos, principios amargos, almidón y fitosterina.



Como planta que contiene mucílagos, la malva real entra a formar parte en numerosas infusiones que, junto con miel, son utilizadas contra la tos y la bronquitis. 
Sin endulzar se usa para hacer gargarismos contra las afecciones bucofaríngeas.
También es utilizada para combatir las diarreas y el dolor de estómago, así como para afecciones renales y como apósito para curar heridas.



No se le conocen efectos secundarios. 

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